28.10.08

Quien dijo que plagiar es fácil?

Cientos de miles de jóvenes literatos me escriben a diario preguntándome cómo plagiar cosas, por lo general bajo la forma de una velada acusación tipo “Eso se lo robaste a Borges”, o “Eso muy parecido a una cosa de Dolina” o “Guau, tu última obra maestra es tan perfecta y conmovedora que sólo puede explicarse por medio de un plagio a León Tolstoi”.
Lo que les contesto -cuando me llegan los $20 que cobro por asesoramiento técnico –es que el plagio no se trata, sencillamente de copypastear o de transcribir una obra ajena. Eso es cosa de aficionados; para que entiendan un poco de qué se trata esto, y que el plagio no es para corazones débiles, les cuento algunos procesos que tuve que llevar a cabo para mis más grandes éxitos.

-El plagio de este artículo, por ejemplo, ocurrió por completa casualidad. La verdadera autora es una viejita indefensa que vive en mi cuadra, y que estaba escribiendo la obra de su vida junto a su ventana. Esto me permitió descubrir la calidad de su escrito -un día que controlaba la seguridad de mis vecinos con mis binoculares; forzar la puerta de su casa con una barreta fue relativamente sencillo. En cambio, enfrentarme a su rottweiler fue una de las pruebas más duras de mi vida, pero recordando una vieja historieta de Batman, logré meterle el codo en la boca y luego, abrazándolo con todas mis fuerzas contra mi cuerpo, ir torciendo el brazo hasta quebrarle el cuello.
Por fin, confieso que abofetear a la anciana fue muy desagradable, pero es que la muy hija de puta se resistía a entregarme su obra (por las dudas, antes de irme la casqué un poquitín más, como advertencia).
La novela original era bastante buena –en un par de escenas lloré -, pero entera no me entraba, así que la tuve que recortar un poquito hasta convertirla en un artículo humorístico ligero. Espero que la buena señora no se haya ofendido por estas licencias artísticas, la verdad es que quedé medio afligido porque no vino a la presentación del libro a pesar de que la invité personalmente. En fin. Este ambiente es muy jodido.

Este otro requirió de un trabajo más fino , porque para robarle esta magnífica composición a Nicolás (7 años, un pequeño superdotado del que mi equipo de producción me había hablado) me tuve que disfrazar de niño en edad escolar (delantal, gomina, moña uruguaya) y fingir que era un compañerito nuevo. A su compañerito de banco lo tuve que adornar con unas galletitas Manón para que me deje ocupar su lugar, y después ir transcribiendo A MANO el texto, y esquivando la vigilancia de la Srta. Patricia. ¡Tendrían que haber visto la carita del pibe cuando lo invité al lanzamiento de mi nuevo libro, mostrándole su propio cuentito como parte de la promoción, qué ternurita! Tampoco vino, y eso que es mi ahijado.

-El robo de este artículo[/url] , y este, y este[/url] , no requirió tanto compromiso físico pero sí una gran inversión de dinero: viajar a USA para hacerme amigo del dueño de Blogger (un ex capo de la mafia rusa de ciento cincuenta kilos), invitarlo a comer, presentarle minas, en fin, todo para que me explique el truquito –porque hay un truquito -para borrar notas de weblogs ajenos desde mi PC. En cuanto me lo contó me dediqué a chafarle cosas a un weblogger joven muy talentoso, y después a borrarle los de él y reemplazárselos por instrucciones para poner techos de durlock. Pobre, debe pensar “uy, la verdad que cuando lo escribí me parecía mejor… qué raro…”, jijjji!!!

-Lo de este artículo no fue exactamente un robo, porque el talentoso joven que lo escribió me lo trajo por su propia voluntad, “para que le dé mi opinión”. Yo creo que debe estar bastante contento, porque dicen que “el plagio es la mejor forma de halago”. Es más, le puse esa frase en la invitación al lanzamiento de mi, bah, de su último libro. No vino.

-El autor original de éste artículo (no quiero decir “el verdadero” porque yo también colaboré, sacándole algunos puntos y comas) es un afamado escritor, que prefiero no mencionar para protegerlo, porque se ha entregado a las garras del alcoholismo. Y lograrlo -es decir, entregarlo a las garras del alcoholismo -me llevó bastante trabajo, desde hacerme amigo de la familia para introducirme en su hogar y tejer una red de intrigas que incluyeron el chantaje, la falsificación de fotos para destruir su matrimonio y envenenar lentamente a su hijita, a lisa y llanamente ponerle ginebra en el café. Se podría decir que fui una especie de Ángel Vengador, sino fuera porque en realidad él no me hizo nada, así que podemos dejarlo en “Ángel Turro”.
Después, robarle su manuscrito y convencerlo de que todo fue una alucinación alcohólica fue pan comido. Él sí vino a la presentación; está muy agradecido de que lo acompañe a Alcohólicos Anónimos -aunque en realidad lo llevo a un bar, pero no se da cuenta.

Este otro artículo[/url] fue fruto de la casualidad ; descubrí que unos gatitos muy lindos que hay en mi cuadra escriben con las patitas manchadas de tinta, por obra del azar, una serie de caracteres aleatorios que se leen como obras maestras del ingenio, con sólo tirarles de la cola. Cada tanto recurro a ellos, cosa que no me gusta nada, pobres bichitos, pero a veces tengo que escribir el larguito del día y pasan las horas y… En fin, es el precio que debe pagar el webloguero profesional. Mi gato Dotto es un tarado para este yeite.

-Por fin, éste último[/url] tampoco puede decirse que haya sido un robo ; Ocurre que mi gran amigo Ricky estuvo en mi casa, compartiendo un exquisito cochinillo –cada tanto nos reunimos y nos pasamos data de cómo chafar cosas –y se dejó una carpeta con su último post. Después me estuvo llamando –larga distancia, encima, pobre…vive en Villa Castels -para preguntarme si la había visto, pero me tuve que hacer negar; es que dejar pasar una oportunidad así es pecado.
La verdad es que dudé de usarlo, es un amigo, pero el otro día me desperté medio tarde, con resaca, y vi la carpeta ahí, y dije "¡y bueno, si total me van a cagar igual con lo mismo!" De cualquier modo lo voy a invitar a la presentación, porque él ya está advertido de que guardo siempre un estilete veneciano entre mis ropas.

Para los interesados, imparto ésta y otras técnicas, incluido chantaje, envenenamiento, robo, disfraz y relaciones públicas, en un seminario que voy a estar dando en diciembre. Los interesados tienen que traer –además de la tarasca –algún texto que consideren de lo mejorcito que hayan escrito. Es nada más que para mostrarles cómo se hace.

Archívese!