26.11.07

Sucedió o NO sucedió??

Cerró de un golpe mi notebook, giró, y dijo: Dame el Blackberry.
Lo apagó y lo tiró sobre la cama…

Se sentó con las piernas cruzadas, de espaldas a la ventana. Yo me senté frente a ella, y él, se acercó y se sentó a mi lado.

-Muy bien, dijo ella. Esto va a ser totalmente diferente a lo que hicimos en la fiesta. Es una variación sencilla de la que usamos dentro del sistema de Pour Mieux Vivre.
-Ok.
-Lo que pretendo es crear una intersección, una fisura por la que un mundo – digámoslo así – puede colarse dentro de otro. Hablo específicamente del que respiramos día a día y de este, donde están leyendo lo que escribiste imaginando o recordando esto que está sucediendo ahora, Bas. Todo lo visible y lo invisible, todo lo real, y todo lo virtual.
-Visibiluim omnium et invisibilium, acoté. (los beneficios de la cultura clásica, y los buenos colegios…)
-Vamos a conectar el mundo de los vivos con el mundo del arte de los muertos.

Me dio un libro a mí, y otro a él.
El que me tocó a mí, era Pter Pan. Tenía una página marcada con un post-it amarillo. Casí sonreí ante el absurdo de hablar con palabras tan serias y graves sobre un libro para enanos.

-Bas, Tenés que leer lo que marqué en rojo. Luego él leerá el suyo, y yo, el mío. Luego los vamos a intercambiar, pasando los libros hacia la izquierda. Esto lo vamos a hacer nueve veces, o sea que, en total, cada uno leerá cada pasaje tres veces.
Después de esto, vamos a leerlos simultáneamente.
Lo importante es la forma en que uno escucha. Tenés que escuchar cada palabra con la máxima atención. Tenés que concentrarte en el significado verbal de todo lo que oigas, absolutamente todo, incluso cuando leas y escuches a la vez, los tres textos.
Pensá únicamente en las palabras y hacelo con toda tu energía. Vale? Entendiste? Alguna pregunta??
-Espero no cagarla a la primera.
-Yo también espero que no la cagues, Bas.
Luego añadió, en un tono menos arisco: “Vamos”

Me miraron expectantes, y yo me sentí tan boludo como cuando tuve que leer no sé qué en un discurso de la secundaria, en algún acto pedorro.
Me temblaba hasta el culo, pero abrí el libro en el post-it.
Mi frágil esperanza comenzó a leer:

“De hecho, un millón de flechas indicaban a los niños la posición de la isla, todas ellas dirigidas por su amigo el sol, que quería que estuvieran seguros del camino antes de dejarlos, al llegar la noche.
Wendy, Jhon Y Michael se sostenían en el aire sobre las puntas de los dedos de los pies para verla por vez primera. Curiosamente todos reconocieron la isla de inmediato, y antes que el miedo se apoderara de ellos la celebraron, no como algo anhelado durante mucho tiempo y hallado finalmente, sino como un amigo cercano asl que reencontraban al volver a casa por las vacaciones.
-John, allí está la laguna”

Callé de golpe y, sin ninguna pausa, él agarró su libro y tomó el relevo. El modo inmediato y fluido en que lo hizo, independientemente de la diferencia del tono, altura o ritmo, creó una transición sin resquicios entre nuestras voces y nuestras personas, como si mi voz se hubiera convertido en la suya, y las palabras de mi fragmento en la prosa que a través de las vocales hondas de él comenzaba a tomar forma a nuestro alrededor.

Y dijo:

- Rastignac, al quedarse solo, dio unos pasos hacia lo alto del cementerio y vio París, tendido a lo largo de las orillas del Sena, donde las luces empezaban a brillar. Sus ojos se fijaron, casi con avidez, entre la columna de la place Vendome y la cúpula de los Invalides, allí donde vivía la alta sociedad en la que había querido entrar. Lanzó sobre aquella colmena vibrante una mirada que parecía estar saboreando ya su miel, y dijo estas solemnes palabras: “ahora es algo entre tú y yo!”

Y siguió ella:

“Pero hay!”, pensó Alicia, incorporándose de un salto, “si no me doy prisa tendré que volver al otro lado del espejo antes de haber visto como es el resto de la casa! Comencemos por echar un vistazo al jardín!” . En un santiamén, ya estaba fuera de la habitación, y corría escaleras abajo, aunque en realidad aquello no era correr exactamente, sino una nueva invención de Alicia para bajar las escaleras de forma rápida y fácil, como decía ella misma. Simplemente ponía las puntas de los dedos sobre la barandilla y flotaba suavemente hasta la base de la escalera sin que sus pies tocaran un solo escalón.”


Su voz y sus palabras se fusionaron con el eco de las voces de él. Y de mí. Los textos fueron pasando hacia la izquierda, volvimos a leer, los pasamos de nuevo. Una, dos, tres veces. Las palabras comenzaron a mezclarse.

“Un millón de flechas solo incorporándose unos pasos a lo largo de las orillas sinuosas del Sena al otro lado del espejo estuvieran seguros del camino antes de dejarlos la noche las luces empezaban a brillar Wendy, John y Michael se sostenían en el aire de forma rápida y fácil todos la reconocieron la habitación la isla entre la columna de la place Vendome y la cúpula de los Invalides no como algo anhelado durante mucho tiempo.”

-Sigan leyendo…
Así lo hicimos, repitiendo cada pasaje e intercambiando los libros, hacia la izquierda.

Las palabras seguían fusionándose.

John la laguna un millón de pasos al volver a casa el espejo islas de flechas la noche las luces debajo de la place pensó Wendy, John y Michael Alicia seguros del camino al otro lado del Sena en la isla de forma rápida y fácil intentando brillar en la habitación los Invalides cementerio algo de inmediato la columna sobre John la laguna”

En mi mente….. en ese lugar… no había mas nada que palabras, independientes de toda sintaxis. Etimología u origen. Fonética de cualquier clase, no pertenecían a lenguaje alguno, no venían de librito, o de una birome. Nada de origen humano.

Me debatí en un mar de elocuciones, desligadas unas de otras, pero iluminadas por un sentido autónomo e inescrutable, que se entrelazaban a mi alrededor formando una red, una sola palabra palpitante…un juego de la cuna con el hilo de las palabras.

Cerré los ojos y caí hacia delante, sin entender si aún estábamos leyendo. El me tiró del hombro para que me pusiera derecho. Los ojos , igual que los de ella, brillaban. Seguimos leyendo.

Un sonido tenue me sobresaltó. El murmullo mántrico de nuestras voces continuaba, pero ahora parecía ordenado, regido por una ley interna del ritmo y la armonía.

Las tres hebras de nuestras voces y nuestras palabras se enlazaban en una sola trenza, formando un todo de pulsación regular.

Necesitaba mantener el control (soy Bas) y seguir leyendo. Miré la página, agudicé la vista para intentar enfocar…y de algún modo, entre todos esos sonidos e imágenes…pude empezar a leer:
“Pero ay…”

No podía oír mi propia voz, o si lo hacía, aprecía provenir de alguno de mis dos compañeros. Pierdo la noción del tiempo.
Estaba leyendo un libro y de repente, estaba leyendo otro. Unas veces nuestras voces eran una sola, y otras..tres bien diferenciadas.

De cualquier modo, parecían estar preparándolo todo para un buen vuelo. Una subida vertiginosa de la soprano.

Me libré a esa música. El libro cayó al suelo. Sonidos del pasado, de manuscritos iluminados..iglesias frías….encargos, papeles…comunicaciones electrónicas… aldeas de montaña francesas, lagos sureños y patagónicos.. Chicos pateando pelotas en potreros locos. Supermercados. Dublín, Hong Kong, un cambio de luces de semáforo..vos, ella, él..todos los cambios, y yo.
Era (fue) demasiado)
El lugar, súbitamente, quedó a oscuras, y en silencio.