Dulce Fiorella, el sol viene tendido.
Los dardos de la envidia vuelan como en frágil conato.
No consiguen emborronarme con argucias las certezas que tengo.
Estás en los mensajes que escribes.
Te escucho en los latidos de las letras que hablan.
Llegas con la suavidad de los pétalos que se abren al frescor del rocío,con la sangre de la primavera encendiday la cara estrellada de promesas y guiños.
Sabes a soplo de primavera virgen y dulzor de ciruela.
Caigo rendido en la telaraña de la insinuación del beso que se escapa de la foto que admiro.
No sé cómo explicarlo;pero es así y así sucede.
En los ratos de insomnio los rayos de la luna me despiertan en tus ojos de gata de mirada traviesa.
En tu alma se expande la atracción del alma de la noche que acude y me sorprende.
¡No te quedes! ¡Suelta la prisa, corre!Antes que el sol acuda a mi ventana y despierte del sueño,déjame pasear mi voz diurna sobre tus hombros abiertos.
Un ronroneo gatuno de besos discontinuos:
"José Luis"
1 comentario:
Che, qué lindo!.
Recién, husmeando, lo acabo de ver.
Esta es una de mis preferidas, Sónico, también.
Pensé que había quedado colgada. Buenísimo. Habrá más? (como para poner acá, digo)
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