Cuando estaba gastando ya las suelas de mis botas hasta ser una simple lengua de caucho sobre las viejas aceras de baldosas de Colegiales, en mi febril empeño de ganarme la vida en una sociedad despreocupada e indiferente, me saludó un apreciado y viejo conocido (invertido). Tras unos minutos de conversación, en los que yo dejé demostrada fácilmente mi superioridad moral sobre aquel degenerado, me quedé cavilando una vez más sobre la crisis de nuestra época. Mi inteligencia, indomable y exuberante como siempre, me susurró un plan tan majestuoso y audaz que me estremecí ante la idea misma de lo que estaba oyendo.
“Alto!”, grité implorante, a mi divina inteligencia. “Esto es una locura!”
Pero, aún así, escuché el consejo de mi cerebro. Se me ofrecía salvar al mundo a través de la “Degeneración”. Allí, en las piedras gastadas de Colegiales, solicité la ayuda de aquella marchita flor de ser humano, pidiéndole que reuniese a sus compañeros de fatuidad bajo la bandera de fraternidad.
Nuestro primer paso, será elegir uno de ellos para un cargo muy elevado: La Presidencia, si la Fortuna nos es propicia. Luego habrán de infiltrarse entre los militares. Como soldados, estarán todos tan continuamente consagrados a confraternizar entre sí, confeccionándose los uniformes de modo tal que se ajusten como tripas de chorizo, inventando trajes de combate nuevos y variados, dando fiestas y cócteles, etc, que no tendrán nunca tiempo de combatir.
El que al final hagamos Jefe de Estado, deberá ocuparse sólo de su elegante guardarropas, un guardarropa que le permitirá, alternativamente, ser Jefe de Estado Mayor o putita, según sus antojos.
10.6.08
Duda existencial
Que mierda hago en la oficina desde las 7:30, si acá no hay nadie y encima no hay red??
8:26. Aguanté menos de una hora. Me voy a la mierda!!! Qué...está mal?
PD: “Oficinas, alistando predadores”, dijo alguien bastante iluminado...
Me voy a hacer una careta con tu cara, sabés? Así sé que se siente ser vos, por un rato. Hasta que me aburra. Si querés, te armo una con la mía, aunque…te bancarías ser yo, un rato?
Debe ser algo así como deformarse, infiero.
Levantarse en otra cama, con otro nombre. Con otra realidad. Con una esposa diferente, o al menos, con una esposa. Quizás, solo. Con 5 hijos! O con solamente un perro.
Y descubrir que tu auto ya no es el mismo, e incluso, pueda que el color no sea de tu agrado, o sí. Quizás tenga problemas técnicos. O ande mejor que el manejabas ayer.
Y la ropa? Ese sí es un tema delicado. Por que uno puede tener un auto que no le gusta, tener incluso un hogar que no es de su agrado. Pero la ropa, tío, ese es un tema delicado.
Y si usás slip? Que hago yo con eso? No soporto los slips.
El tema de la comida es delicado. Y si sos tan sanito que no hay “mondiola” ni lewerburst en la nevera? Si no tomás mate?
De solo pensar estas cosas me deprimo.
Vamos a tu trabajo, quiero ver de qué vivís. Podrían tocarme diversas actividades. Profesiones, u oficios. Eso no debería significarme trauma alguno, todo trabajo es digno.
Si la diosa fortuna me sonríe, quizás seas un sommelier reconocido que pasa su vida deambulando por el mundo opinando en diversas degustaciones.
Eso sí sería bonito!
Aunque convengamos, nunca tuve mucha suerte, esto es sólo una expresión de deseo.
Otro punto importante es la música de la que dispongo, y la calidad temática de los libros de tu biblioteca.
Oh. Sudo fresco de sólo pensar que podrías ser un melómano “rickymartiano” o un clásico “opereta”. Esos extremos podrían, sinceramente, desequilibrarme emocionalmente.
Ya en tu casa, que aún no investigué, me abalanzo sobre la biblioteca, rogando que al menos un Verne, un Millar, un Kusack o algo entretenido me llame la atención. Problema sería si sólo encuentro literatura sanmartiniana, o freudiana.
Aunque la catástrofe, la debacle total, sería encontrar un librito de autoayuda.
Encuentro tu agenda, y busco símbolos o indicios acerca de los nombres que desfilan ante mi mirada atenta. Cuántos de estos apuntes de nombres, direcciones, teléfonos y onomásticos corresponderán a tu familia? Cuantos amigos tenés?? Las personas que me gustan, tienen pocos amigos y de los buenos. Vos tenés muchos nombres , aca!!!
Amigos? Compañeros de laburo? Clientes?? Amantes? Y si sos gay?
No sé el número del teléfono de línea, y tu celular, que es bien feo, por demás, no me deja ver ni siquiera que número es. Lo tenés bloqueado, pillín, y no sé el código.
Hurgo en tus cajones, me meto en tu vida, y quiero saber que careta intercambié.
Tus medias no me gustaron, tus camisas, son decentes.
No tengo posibilidad de acceder a dinero para renovar tu (mi) vestuario. Así no son las reglas del juego: debo conformarme con lo que me tocó de vos, hasta que uno de los dos revolee la careta.
De sólo pensar que estás disfrutando de mis pequeñas obsesiones, de mis pequeñísimos lujos, me da tirria.
Espero que, al menos, le pongas 97 octanos al auto.
También espero que no descubras mi canuto “anticorralito y corralón” que tengo oculto en un doble fondo.
Aunque no te serviría de nada, ya sabemos que el juego no lo permite.
Me introduzco en tu baño. Una persona puede ser fácilmente clasificada por el tipo de cepillo de dientes que usa, la marca de pasta dental, si usa hilo o no, y por la calidad del shampoo.
También quiero ver si tenés escobillas para los arañazos caqueros del inodoro. Por que no podemos que eso existe, que eso sucede, que es real.
Tus paredes son sombrías, che. El juego no permite modificar nada, pero…qué ganas de pintarte algunas de color ladrillo, ocre, amarillo, verde!
A esto le falta onda. Decido poner música. Hasta ahora, es un misterio qué escuchás, pero cuando llegue hasta los discos, voy a terminar de desasnarte, chiquitín.
Es que me vuelvo viejo y, transitivamente, más sincero. Perdón.
Oh no….oh!...no!! Qué es esto…mon dieu…. “Cheyanne”???? Me puse nervioso. Ojalá fumes, voy a darte vuelta el rancho hasta dar con el vicio.
En un cajón de tu mesa de luz sería lógico encontrar algo…a ver…
Ja! Parece que no fumas..cigarrillos aburridos, de los otros si.
A ojo, acá tenés una pelota de 50 gramos, papi. Eso sería algo como…mmm… 3 años, no excarcelables. Igual, al año y medio salís, si te portás bien. Con el culo roto, pero salís.
Y como yo no quiero ni que me rompan el culo ni quedar guardado añito y medio…. Voy a hacer la mejor movida de este juego. Por que tiro yo. Por que me toca.
Te dejo 30 gramos, por que no soy un mal tipo, me armo un marley, tiro tu careta del orto, me voy a casa, me lo fumo, y me pongo a escribir alguna boludez que bien podría empezar con algo asi como… “Me voy a hacer una careta con tu cara, sabés?”
C´est fini.
8:26. Aguanté menos de una hora. Me voy a la mierda!!! Qué...está mal?
PD: “Oficinas, alistando predadores”, dijo alguien bastante iluminado...
Me voy a hacer una careta con tu cara, sabés? Así sé que se siente ser vos, por un rato. Hasta que me aburra. Si querés, te armo una con la mía, aunque…te bancarías ser yo, un rato?
Debe ser algo así como deformarse, infiero.
Levantarse en otra cama, con otro nombre. Con otra realidad. Con una esposa diferente, o al menos, con una esposa. Quizás, solo. Con 5 hijos! O con solamente un perro.
Y descubrir que tu auto ya no es el mismo, e incluso, pueda que el color no sea de tu agrado, o sí. Quizás tenga problemas técnicos. O ande mejor que el manejabas ayer.
Y la ropa? Ese sí es un tema delicado. Por que uno puede tener un auto que no le gusta, tener incluso un hogar que no es de su agrado. Pero la ropa, tío, ese es un tema delicado.
Y si usás slip? Que hago yo con eso? No soporto los slips.
El tema de la comida es delicado. Y si sos tan sanito que no hay “mondiola” ni lewerburst en la nevera? Si no tomás mate?
De solo pensar estas cosas me deprimo.
Vamos a tu trabajo, quiero ver de qué vivís. Podrían tocarme diversas actividades. Profesiones, u oficios. Eso no debería significarme trauma alguno, todo trabajo es digno.
Si la diosa fortuna me sonríe, quizás seas un sommelier reconocido que pasa su vida deambulando por el mundo opinando en diversas degustaciones.
Eso sí sería bonito!
Aunque convengamos, nunca tuve mucha suerte, esto es sólo una expresión de deseo.
Otro punto importante es la música de la que dispongo, y la calidad temática de los libros de tu biblioteca.
Oh. Sudo fresco de sólo pensar que podrías ser un melómano “rickymartiano” o un clásico “opereta”. Esos extremos podrían, sinceramente, desequilibrarme emocionalmente.
Ya en tu casa, que aún no investigué, me abalanzo sobre la biblioteca, rogando que al menos un Verne, un Millar, un Kusack o algo entretenido me llame la atención. Problema sería si sólo encuentro literatura sanmartiniana, o freudiana.
Aunque la catástrofe, la debacle total, sería encontrar un librito de autoayuda.
Encuentro tu agenda, y busco símbolos o indicios acerca de los nombres que desfilan ante mi mirada atenta. Cuántos de estos apuntes de nombres, direcciones, teléfonos y onomásticos corresponderán a tu familia? Cuantos amigos tenés?? Las personas que me gustan, tienen pocos amigos y de los buenos. Vos tenés muchos nombres , aca!!!
Amigos? Compañeros de laburo? Clientes?? Amantes? Y si sos gay?
No sé el número del teléfono de línea, y tu celular, que es bien feo, por demás, no me deja ver ni siquiera que número es. Lo tenés bloqueado, pillín, y no sé el código.
Hurgo en tus cajones, me meto en tu vida, y quiero saber que careta intercambié.
Tus medias no me gustaron, tus camisas, son decentes.
No tengo posibilidad de acceder a dinero para renovar tu (mi) vestuario. Así no son las reglas del juego: debo conformarme con lo que me tocó de vos, hasta que uno de los dos revolee la careta.
De sólo pensar que estás disfrutando de mis pequeñas obsesiones, de mis pequeñísimos lujos, me da tirria.
Espero que, al menos, le pongas 97 octanos al auto.
También espero que no descubras mi canuto “anticorralito y corralón” que tengo oculto en un doble fondo.
Aunque no te serviría de nada, ya sabemos que el juego no lo permite.
Me introduzco en tu baño. Una persona puede ser fácilmente clasificada por el tipo de cepillo de dientes que usa, la marca de pasta dental, si usa hilo o no, y por la calidad del shampoo.
También quiero ver si tenés escobillas para los arañazos caqueros del inodoro. Por que no podemos que eso existe, que eso sucede, que es real.
Tus paredes son sombrías, che. El juego no permite modificar nada, pero…qué ganas de pintarte algunas de color ladrillo, ocre, amarillo, verde!
A esto le falta onda. Decido poner música. Hasta ahora, es un misterio qué escuchás, pero cuando llegue hasta los discos, voy a terminar de desasnarte, chiquitín.
Es que me vuelvo viejo y, transitivamente, más sincero. Perdón.
Oh no….oh!...no!! Qué es esto…mon dieu…. “Cheyanne”???? Me puse nervioso. Ojalá fumes, voy a darte vuelta el rancho hasta dar con el vicio.
En un cajón de tu mesa de luz sería lógico encontrar algo…a ver…
Ja! Parece que no fumas..cigarrillos aburridos, de los otros si.
A ojo, acá tenés una pelota de 50 gramos, papi. Eso sería algo como…mmm… 3 años, no excarcelables. Igual, al año y medio salís, si te portás bien. Con el culo roto, pero salís.
Y como yo no quiero ni que me rompan el culo ni quedar guardado añito y medio…. Voy a hacer la mejor movida de este juego. Por que tiro yo. Por que me toca.
Te dejo 30 gramos, por que no soy un mal tipo, me armo un marley, tiro tu careta del orto, me voy a casa, me lo fumo, y me pongo a escribir alguna boludez que bien podría empezar con algo asi como… “Me voy a hacer una careta con tu cara, sabés?”
C´est fini.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)